Las gradas repletas de basura y las personas asistentes
apartando bolsas de plástico y botellas. Ésa es la imagen que presentaba el
Pabellón Pepe Rivas justo antes de que dieran comienzo los encuentros de la
Liga Local Carmonense, una muestra más de lo poco que le importa a Juan Ávila
el deporte amateur. Pero lo que todavía es más inquietante es que el propio
Alcalde es el encargado de la Delegación de Deportes, una disciplina que descuida
y maltrata desde la base.


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