. Juan
Ávila apuesta por una sociedad de Villacarrillo (Jaén) para que se encargue de confeccionar
varios informes
. ¿No
confía Juan Ávila en el personal del que dispone? ¿Tiene el Ayuntamiento
recursos ilimitados?
Hace unos días han salido a la luz las numerosas “anomalías”
de la Cuenta General del Ayuntamiento de Carmona de los ejercicios 2013 a 2016.
Un tema complejo, que desafortunadamente para la ciudadanía está lleno de
opacidad. El PSOE se compromete a ir explicando, a lo largo de estos días, los
entresijos.
Dentro de las cuentas existen Informes de Control Financiero
de las Sociedades dependientes del Ayuntamiento (Limancar, Sodecar y Fomento
Los Alcores). Este documento ha sido encargado y pagado a una empresa privada,
Aserinfisco, S.L., con sede en un municipio jiennense.
Juan Ávila ha preferido privatizarlo antes que contar con el
personal del que dispone en el Ayuntamiento, y que lo podría haber hecho sin
coste adicional para las arcas municipales. El Consistorio tiene en su
plantilla personal con conocimientos en Economía o Derecho, con una capacidad contrastada
y amplia experiencia. Sin embargo, el PP ha preferido no contar con su bagaje.
¿Cómo contrata Juan Ávila?
Pero lo realmente preocupante son las presuntas
irregularidades e ilegalidades advertidas por la Intervención respecto a los
procedimientos de contratación. El documento contiene varios párrafos
demoledores, de los que se puede deducir que la práctica más habitual del PP es
la adjudicación ‘a dedo’.
“En cuanto a la Contratación administrativa, se detecta una gran
cantidad de contratos menores y pocos procedimientos abiertos (…), así como de
la inexistencia de un Plan anual de Contrataciones”.
La Intervención Municipal mostró
“en los distintos informes (…) su
preocupación” por el gran número de procedimientos sin licitación. No
obstante, hace especial hincapié en Limancar, donde “no se da cumplimiento a la Ley de Contratos del Sector Público”.
Es decir, el PP de Juan Ávila
carece de previsión financiera y planificación, gobernando al margen del
control económico y gestionando el Ayuntamiento a su antojo, como si fuera un ‘cortijo’.
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