Durante la sesión, sale a la luz que Carmona tiene una deuda viva superior a los 4 millones de euros
El último Pleno Extraordinario celebrado ayer no ha servido
más que para corroborar lo que el Grupo Municipal Socialista (GMS) denunció en
el mes de julio: torpeza, falta de transparencia e ineficacia financiera del
alcalde y su equipo.
Agustín Guisado, portavoz del GMS, llamó “a la conciencia” del PP, después de
contabilizar en apenas 15 meses un total de 192 reparos, fruto de “una gestión anómala y continuista”.
Desgraciadamente, esto se ha convertido en al algo sistemático, automático, a
pesar de los continuos toques de atención de la Intervención Municipal.
El PP también llevó a Pleno la ‘Liquidación Presupuestaria
2018’, un documento que llega con meses de retraso, “tarde como siempre”, y de donde se desprende que el famoso
superávit del que presume el alcalde no es tal. El Ayuntamiento de Carmona
tiene una deuda viva superior a los 4 millones de euros (4.358.855,05 euros).
En el punto destinado al personal municipal, el GMS “apuesta por la estabilización y
consolidación de los puestos de trabajo, algo implícito en el ADN socialista”,
para que no peligre ningún empleado/a. Y es que la desidia del PP ha provocado
que 87 trabajadores del Ayuntamiento estén atravesando una situación de
incertidumbre, que la Intervención obliga ya a “regularizar” de forma “urgente”,
después de llevar solicitándolo desde 2016.
Por último, el PP de Juan Ávila, como pésimo gestor de los
recursos de Carmona, no cumple ni con la “estabilidad
presupuestaria” ni con la “regla de
gasto”. “Las entidades Limancar,
Fomento Loa Alcores y Ruta Bética Romana, incumplen la regla de gasto”,
reza el documento de la Intervención. El mismo órgano llama la atención sobre
la “contratación sin procedimientos”,
lo que significa que el PP limita las oportunidades a los carmonenses/as para
acceder a una licitación.
En definitiva, el día de día del PP está sustentado en
anomalías graves. En un gobierno que no tiene ajustadas sus cuentas, que gestiona
improvisando y que desatiende las instrucciones de los órganos fiscalizadores
como la Intervención Municipal o la Cámara de Cuentas.
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