Juan Ávila con los exlideres del PP-A |
Hoy se cumple un año desde la toma de posesión de Juan Ávila como alcalde de Carmona. Si algo ha caracterizado al político local, especialmente durante sus dos mandatos en la oposición, ha sido el uso de la promesa fácil y aquella frase de “cuando yo sea alcalde”... Y ya lo dice el refrán, “somos esclavos de nuestras palabras...”
Prácticamente todo el año se ha pasado Juan Ávila culpando al anterior gobierno socialista de todos los “males” de nuestra ciudad y de nuestro Ayuntamiento; al más puro estilo Rajoy y Sáenz de Santamaría, que están llevando en apenas unos meses al país a una situación caótica y siguen diciendo que la culpa es de Zapatero.
En tan sólo 365 días Juan Ávila ha conseguido disminuir la participación de más de 400 niños y niñas en las Escuelas Deportivas Municipales, por la privatización de las mismas y por la subida desmesurada de los precios, casi el triple que en los años anteriores. Además, ha cedido la gestión de servicios municipales, ha recortado en políticas sociales, especialmente en el Hospital San Pedro; ha perdido varias subvenciones para mejorar nuestra ciudad (PLAN OLA, Subvención del Teatro Cerezo...); ha abandonado todo lo que huela a PSOE (plazas, carril bici, zonas verdes, alojamientos sociales...). La falta de limpieza en los barrios y las continuas amenazas de recortes también han caracterizado a este gobierno. Se ha apropiado de proyectos del anterior gobierno socialista y nos ha vendido mucho humo sin generar dinamización económica en la ciudad siendo lo más grave y penoso, el paro, que no ha dejado de subir desde que Juan Ávila nos gobierna. Así podría resumirse la labor de gobierno del PP durante este año.
Nada tiene que ver, desde luego, gobernar con estar en la oposición. O bien Juan Ávila nunca pensó que gobernaría o simplemente ha obviado esta premisa básica de la política local.
Los populares hacen todo lo contrario que exigían al gobierno socialista: negar y/o dejar a medias la información a la oposición obstaculizando su labor, ningunear el papel de ésta como legítima representante de la ciudadanía, no facilitar la presencia de los grupos de la oposición (evitando invitar a actos, por ejemplo) o intentar que se expresen lo menos posible.
Juan Ávila apela continuamente a la responsabilidad de la oposición. Responsabilidad que él olvidó cuando no era alcalde. Evitó con su voto negativo que el gobierno socialista acometiera determinadas actuaciones trascendentales en aquel momento para el normal desarrollo de nuestro Ayuntamiento. En cambio, la oposición sí le ha permitido a Juan Ávila, buscando el bien general, sacar adelante cuestiones como el Plan de Ajuste, la solicitud de préstamo que éste llevaba aparejada, la aprobación inicial de la construcción de un centro comercial, la aprobación de varios intereses públicos que pueden generar empleo, aportaciones al PGOU.....entre otros asuntos importantes que necesitaban nuestro apoyo. Y todo esto quiere Juan Ávila “taparlo” diciendo que la oposición no colabora porque no hemos votado a favor de la instalación de una cantera en los Frutales que perjudicaba la calidad de vida de los residentes en esta urbanización.
Después de un año seguimos sin conocer qué modelo de ciudad propone Juan Ávila. Y no conocemos más que la demagogia, los tonos mitineros y la palabrería (a veces innecesaria) que le caracteriza. De los miembros de su equipo no conocemos nada. Algunos ni están ni se les espera.
Esperamos, por el bien de nuestra ciudad, que los populares asuman qué significa gobernar, se pongan las pilas y piensen en el interés de Carmona y sus habitantes.
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