Desde que la marea azul ha irrumpido en las administraciones autonómicas y locales en las pasadas elecciones del 22 M, hemos sido testigos en estos meses que más que una marea se ha convertido en un Tsunami que arrastra al “estado de bienestar”conseguido hasta ahora. Cospedal ha anunciado en Castilla la Mancha, una serie de recortes que aunque los reviste de prosaica proeza la realidad es que deja la educación pública en la cuerda floja, y lo mismo en Madrid con Aguirre y en Galicia con Feijó, A esta locura “tijeretona” el PP andaluz ha manifestado públicamente que "respalda estos recortes y que será su hoja de ruta si gobiernan Andalucia".
Estas medidas supondría que 4.500 profesores se irían a la calle y 80.000 alumnos perderían un profesor, incrementando el número de alumnado por aula en tretimento de una educación pública de calidad. Aplicar estas medidas en la comunidad autónoma andaluza sería una auténtica ruina de los derechos sociales, pero es lo que está planteando el presidente del PP-A, Javier Arenas", que no solo se contenta con menoscabar la educación sino además amenaza con "el cierre de más de 2.500 plazas de residencia para personas mayores.
El PSOE dice no a los recortes salvajes del PP porque hay otras medidas y otros mecanismos que deben explorarse para no jugar con la educación y con la salud de los ciudadanos. Javier Arenas "ya ha dicho muy claramente lo que va a hacer en Andalucía con la educación, sanidad y con los funcionarios y es lo mismo que Cospedal, lo que puede significar que 20.000 trabajadores de Andalucía pueden terminar en la calle"
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